Súcubos – (Del latín succuba, que está acostado debajo). En la literatura oculta de la Edad media figuran muchos casos de íncubos y súcubos, algunos de los cuales se han aparecido de un modo visible y tangible; otros, aunque invisibles, fueron tocados y sentidos. Estos casos son al presente mucho más numerosos de lo que generalmente se cree. Pero estos espíritus pueden “materializarse” sólo cuando concurren las condiciones indispensables. Así es que únicamente son sentidos durante un estado de enfermedad, y desaparecen cuando el paciente recobra la salud, porque de una constitución sana no pueden extraer los elementos necesarios para su materialización. Los íncubos y súcubos son, pues, producto de un estado física y moralmente enfermo. La imaginación morbosa crea una imagen, la voluntad de la persona la hace objetiva, y el aura nerviosa puede hacerla substancial a la vista y al tacto. Además, una vez creada la imagen, ésta atrae hacia sí misma influencias correspondientes del alma del mundo.
(F. Harmann, Los Elementales).
Los Incubos (Incubus, en latín) – Es algo más real y peligroso que la significación ordinaria que se
da a dicha palabra, o sea a la “pesadilla”. El íncubus es el elemento masculino, y la súccuba es
el femenino, y éstos son sin disputa alguna los fantasmas de la demonología medieval,
evocados de las regiones invisibles por la pasión y concupiscencia humanas. Actualmente se
los denomina “Espíritus–esposas” y “Espíritus–esposos” entre algunos médium e ignorantes
espiritistas. Pero ambos nombres poéticos no impiden en lo más mínimo a dichos fantasmas
ser lo que son en realidad: gules, vampiros y elementales sin alma; informes centros de vida,
desprovistos de sentido, en una palabra: protoplasmas subjetivos cuando se los deja
tranquilos, pero son introducidos en un ser y forma definidos por la creadora y enferma
imaginación de ciertos mortales. Fueron conocidos en todos los países y en todas las edades, y
los indos pueden hacer más de un horripilante relato de los dramas representados en la vida
de jóvenes estudiantes y místicos por los pizâchas, como se los llama en la India. [Incubos y
Súcubos: 1º Parásitos machos y hembras que se desarrollan en los elementos astrales del
hombre o de la mujer a consecuencia de una imaginación lasciva. 2º Formas astrales de
personas difuntas (elementarios), que de un modo consciente o instintivo son atraídas a los
lujuriosos, manifestando su presencia en forma tangible, pero invisible, y que tienen comercio
carnal con sus víctimas. 3º Los cuerpos astrales de hechiceros y brujas que visitan a hombres
y mujeres para fines inmorales. El íncubo es macho, y el súcubo hembra. (P. Hartmann)].
Pizâchas (Pisâchas) (Sánsc.) – Según los Purânas, son demonios o malos genios creados por
Brahmá. Según la creencia popular del Sur de la India, son espíritus, fantasmas, demonios,
larvas y vampiros, generalmente hembras (Pizáchî], que se aparecen a los hombres.
Deleznables restos de seres humanos que residen en el Kamaloka, a manera de cascarones y
elementarios. [Orden inferior de demonios o genios maléficos, sedientos de sangre, y que
participan de la naturaleza de los râkchasas, aunque inferiores a éstos. – Véase: Kâmarûpa o
Incubos].
Glosario Teosofico
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